Bebedores Magazine

Cervezas, fútbol, amigos, conversaciones: un pub irlandés

Pub nº39: Molly Malone´s

Es curioso cómo los pubs irlandeses esconden detrás de su nomenclatura toda una ristra de leyendas, mitos, personajes variopintos y topónimos que huelen a sal y Atlántico Norte. La taberna protagonista de nuestra trigésima novena etapa posee uno de esos nombres que fomentan el uso de la Wikipedia y de la erudición del motor de búsqueda de Google, para enteder quién fue Molly Malone, dónde vivió, qué hizo o por qué es conocida en su tierra de origen. Resulta, pues, que la tal Molly era una señorita de ancas ágiles, caderas de muelle y falda retráctil, que paseaba su irlandesa figura por la zona portuaria de Dublín ofreciendo calor callejero, placer furtivo y humores corporales a todo aquel marinero en tierra que estuviera necesitado de números circenses púbicos junto a un noray oxidado.

La pobre señora se pasaba así las noches, para luego recorrer, ya bajo el fantasmagórico sol irlandés de invierno, los mismos amarres ofreciendo alguna mercancía sacada de vaya usted a saber dónde o a cambio de qué (¿alguna idea sobre tags torbianos del siglo XVII?). Más tarde, la historia de nuestra infeliz mercader Molly Malone pasó a convertirse en leyenda, luego en mito y, finalmente, en tonadilla popular para ser berreada en los pubs irlandeses de crujiente maderamen oscuro, entre ellos, el homónimo sito en la calle Manuela Malasaña matritense.

Intriga cómo el azar ha unido a una heroína popular de navaja rápida y sed de sangre gabacha con los de otra batalladora experta en sobrevivir en las sucias  calles de su destino. Así pues, Manuela y Molly se dan la mano en este más que interesante pub irlandés que ofrece a sus visitantes una preciosa fachada de bienvenida decorada al estilo que estos locales ya nos tienen tan bien acostumbrados: maderas, letreros variopintos, objetos expuestos en vitrinas dispersas y hasta una motocicleta digna de cualquier road movie yanqui a la que sólo le faltaba una rubia de mirada azul sentada a su grupa esperando recorrer el medio oeste americano en busca de aventuras y mazorcas de maíz. Aparte del caballo motorizado, destaca una pequeña exposición en la que, alrededor de varios objetos paradigmáticos del mundial de Sudáfrica 2010 (Jabulani, banderolas y microvuvuzelas), todo gira en torno a una placa que recuerda una campaña publicitaria  que tuvo como protagonistas a tres señores que sabían de qué iba esto del balompié: Pelé, Zidane y Maradona. Según esa cartela, en el interior del local tuvo lugar la sesión de fotografías que inmortalizó a estos tres mitos jugando a un futbolín que se encontraba en el salón principal del pub. Interesante cuanto menos.

Tras dejar atrás esta entrada musealizada, el pub se abre en un espacioso hall recorrido por un lado por una barra espectacular que vertebra el eje del local frente a la cual se distribuyen ordenadamente las mesas corridas y los bancos sobre los cuales los miembros de este club de caballeros asentaron sus fibrosos cuerpos y cultivadas sinopsis cerebrales para degustar los placeres de las rubias y de las negras, que tan bien servidas fueron por una señorita de voz sexual y piernas ágiles que hicieron las delicias, por partes iguales, de gaznates y fantasías de doncel. Podríamos concluir, pues, que el bar hizo las veces de alquitara, nuestros cuellos de serpentín y nuestros  estómagos de vaso de recogida, degustando con chapoteo de la lengua el producto destilado final, que no es otro que una gran irlandidad y un estupendo pub que cuenta además con un piso inferior, algo abandonado y lleno de polvo y ácaros rampantes que no sabemos qué uso tiene ni para qué acontecimientos se acondiciona.

Unas hamburguesas aliviaron el gusanillo de chino que algún seguidor de Mao Tse Tung arrastraba desde hacía tiempo, hecho que esconde una intrahistoria, pues el ínclito miembro tuvo a dos acólitos dando vueltas por los aledaños del pub durante un tiempo no menor a 40 minutos, tratando de localizar algún restaurante de caracteres ideográficos donde hozar en un arroz al bukkake y en ternera con esmegma de caballo mongol, no sin recibir los convenientes insultos por parte del que escribe durante todo el periplo, amén de escandalizarse por el trato denigrante con el que trató a un hijo de la dinastía Chin al insinuar que en un restaurante de su patria se servía comida de las islas de enfrente, es decir, Japón.

No hace falta ser un virtuoso del trato del magín para imaginarse a un chino de dientes desiguales y amarillentos cargado de cartones con la inscripción «粪» (pasar traductor automático por encima o buscar en google) gritando a pleno pulmón y con cara de indignación milenaria de todo un pueblo de chinos, la oscura y horripilante palabra «¡¡¿¿japonesa??!!» en plena calle de San Bernardo ante la apreciación de nuestro amigo el francés nostálgico de los paisajes coloniales de Indochina. Vamos, que el cabronazo quería chino y casi acaba masacrado por escupir sobre el honor ancestral de mil trescientos millones de fieles comunistas.

En definitiva, los ilustres bebedores disfrutaron de una agradable tarde del mes de agosto, día de la Virgen, en un pub no exento de puntos negativos, tales como la infame música más propia de una comuna hippie o la poca cantidad de parroquianos, quizá debido a las fechas y a que el 15 de agosto no es precisamente el día en que más amantes de lo irlandés pasean por el barrio de Malasaña.

Un buen  colofón para mi modesta persona, que abandona temporalmente este apasionante tour con pena en el alma y sequedad en la vejiga, al tener que buscar nuevos horizontes allá donde colón hincó la rodilla para orar antes de emprender la aventura de su vida. No es más que un requiebro del camino que sin duda me volverá a reunir, más pronto que tarde, con esta caterva de gentuza y ralea humana que hace que la vida sea más amable y dichosa. Como diría el Chuache, I´ll be back. Hasta pronto.

16 agosto, 2010 Posted by | Irlanda en Madrid | , , , , , , , | 5 comentarios

Pub nº33: O’Connell Street

El pub 33 tenía como destino un lugar mítico. Así al menos lo decidió su elector: don Miguel.

Allí, en principio, debiera poder disfrutarse de manera máxima un partido único en el mundo: semifinales de un mundial. Nada menos que un Uruguay-Holanda. Allí fuimos.

La distribución del O’Connell Street es idéntica a la de su hermano Dubliners. Entrada, barra a la derecha, pantalla grande en medio, diferentes televisiones a lo largo del bar, bajada por una escalera y una especie de forma de ‘ele’ tirando hacia la derecha. Es decir… que se nota a la legua que son hijos del mismo padre. La estructura es calcada. Lo que sí es cierto es que tiene ciertos puntos que le dan un punto superior de irlandidad que su mellizo. Bastante parafernalia irlandesa, aunque es innegable que mediatizado por su ubicación de tal manera que tiene ese punto comercial preparado para los guiris u otros clientes que no buscan tanto la excelencia como nosotros.

Es por ello que uno puede disfrutar de ofertas típicas de discotecas como dos pintas más una de nachos por 10€. O sea que no está nada mal. No olvidemos que estamos en un pub al lado de la Puerta del Sol.

Ahora bien, hay un detalle inaceptable, especialmente cuando se decide acudir a un pub con la principal idea de ver un partido en la cumbre: las teles deben verse mejor y no estar escacharradas, como le ocurría a la que más cerca teníamos. Es un punto bastante negativo y que a bebedores tan ilustres como a Rodríguez o Espáriz les provocaron tener que soltar más de un exabrupto.

La atención fue muy buena. Una chica que enseguida hizo migas con Ortigoza nos sirvió de manera cordial y veloz, por lo que por ahí no deberíamos tener queja. Quizás un poco molesto el hecho de tener que moverse cada dos por tres, cuando un tipo venía a hacer no sé qué en un espacio situado justo al lado donde nos encontrábamos. Rodríguez las contó y superaban los dedos de una mano. No debemos olvidar que cuando fuimos al Dubliners, había varios rusos de la mafia que asustaban por sus modos. Aquí alguno también había pululando, pero a nosotros nos tocó, eso sí, la ya nombrada rubia amable y un tipo gay, también agradable.

Obviamente, el elector defendía su decisión, pero la verdad es que su principal motivo fue el poder disfrutar convenientemente de un partido de esta índole y el resultado final no fue tan perfecto como se pensaba. Sin embargo, sí podríamos afirmar que el ambiente fue aceptable. Tal vez, no tan extraordinario como podíamos haber previsto, pero sí suficiente como para poder «meterse en ambiente». Había de todo: varios noires de Surinam apoyando a su selección, un par de uruguayos alocados y sobre todo… muchos apasionados al fútbol

Y es una pena, porque es un pub con un nombre mítico: la principal vía de Dublín que por cierto es una de las más amplias de toda Europa, que honra a un líder nacionalista carismático del siglo XIX, Daniel O’Connell, conocido como El libertador.

Al pub fuimos varios de los cerdos de siempre: Ortigoza, Papote, Míkel, Rodríguez, Espáriz y mi menda. Faltó el desertor Del Rosal, al que ya poco veremos por aquí. La conversación se focalizó, claro está, en el Mundial y en el encuentro que iba a medir a España con Alemania. Varios insultos proferidos hacia el terrorista balompédico Van Bommel (muérete, maldito hijo de la gran puta) y más de una loa a ese crack llamado Diego Forlán. Rodríguez y Ortigoza estuvieron a punto de acertar la porra.

En cualquier caso, debemos aseverar que el pub tiene virtudes interesantes y se puede llegar a recomendar, pero la verdad es que no parece el más idoneo para ir a ver un partido en la cumbre.

7 julio, 2010 Posted by | Irlanda en Madrid | , , , , , , , , , | 7 comentarios

Clasificación parcial tras el Nº20

Una vez alcanzado el número 20, procedemos a ofrecer nuestra particular clasificación parcial en todas sus categorías, gracias al esmerado trabajo estadístico del señor Rojo:

CLASIFICACIÓN GLOBAL

PUB Nº 10 The James Joyce Irish Pub: 8.683333333
PUB Nº 11 The Clover Irish Tavern: 8.308333333
PUB Nº 7 Finnegan’s Irish Pub: 8.008333333
PUB Nº 2 Shamrocks: 7.79
PUB Nº 4 The Corner’s clock:7.6
PUB Nº 20 Dubliners: 7.58
PUB Nº 9 O’Brien Irish Tavern: 7.4
PUB Nº 1 Guilligan’s: 7.375
PUB Nº 6 The Handyman Irish Tavern: 7.3625
PUB Nº 3 Moore’s: 7.2
PUB Nº 12 St Patrick’s Abbey Tavern: 7.016666667
PUB Nº 14 Larry’s Bar: 6.73
PUB Nº 16 Bo Finn: 6.69
PUB Nº 17 The lock Inn: 6.5625
PUB Nº 19 Mc Ginty’s Goat: 6.33
PUB Nº 15 Scruffy Murphy’s: 6.3125
PUB Nº 13 O’ Connors Irish Pub: 5.7625
PUB Nº 8 The Quiet Man: 5.491666667
PUB Nº 18 The Causeway: 5.2
PUB Nº 5 The Swan: 4.75

CLASIFICACIÓN POR CATEGORÍAS

– IRLANDIDAD

PUB Nº 4 The Corner’s clock: 9
PUB Nº 10 The James Joyce Irish Pub: 8.958333333
PUB Nº 20 Dubliners: 8.8
PUB Nº 7 Finnegan’s Irish Pub: 8.416666667
PUB Nº 6 The Handyman Irish Tavern: 8.1875

– AMBIENTE

PUB Nº 10 The James Joyce Irish Pub: 9.291666667
PUB Nº 20 Dubliners: 8.95
PUB Nº 2 Shamrocks: 8.3
PUB Nº 4 The Corner’s clock: 8
PUB Nº 13 O’ Connors Irish Pub: 7.8125

– TRATO

PUB Nº 7 Finnegan’s Irish Pub: 9.041666667
PUB Nº 11 The Clover Irish Tavern: 9
PUB Nº 17 The lock Inn: 8.5625
PUB Nº 10 The James Joyce Irish Pub: 8.458333333
PUB Nº 2 Shamrocks: 8.3

– CONVERSACIÓN

PUB Nº 3 Moore’s: 8.9
PUB Nº 10 The James Joyce Irish Pub: 8.625
PUB Nº 17 The lock Inn: 8.5625
PUB Nº 13 O’ Connors Irish Pub: 8.4375
PUB Nº 11 The Clover Irish Tavern: 8.375

– PRECIO

PUB Nº 11 The Clover Irish Tavern: 9.25
PUB Nº 19 Mc Ginty’s Goat: 9.1
PUB Nº 17 The lock Inn: 8.5
PUB Nº 7 Finnegan’s Irish Pub: 8.416666667
PUB Nº 10 The James Joyce Irish Pub: 8.083333333

6 abril, 2010 Posted by | Uncategorized | , , , , , , , | 2 comentarios

Pub nº20: Dubliners

¿Por qué nos gusta tanto el mundo irlandés?

Walking all the day
Near tall towers where falcons build their nests
Silver winged they fly
They know the call of freedom in their breasts
Saw Black Head against the sky
With twisted rocks that run down to the sea

Living on your western shore
Saw summer sunsets, asked for more
I stood by your Atlantic sea
And sang a song for Ireland

Talking all the day
With true friends who try to make you stay
Telling jokes and news
Singing songs to pass the night away
Watched the Galway salmon run
Like silver dancing, darting in the sun

Living on your western shore
Saw summer sunsets, asked for more
I stood by your Atlantic sea
And sang a song for Ireland

Drinking all the day
In old pubs where fiddlers loved to play
Someone touched the bow
He played a reel, it seemed so grand and gay
Stood on Dingle beach
And cast in wild foam, we found Atlantic bass

Living on your western shore
Saw summer sunsets, asked for more
I stood by your Atlantic sea
And sang a song for Ireland

Dreaming in the night
I saw a land where no man had to fight
Waking in your dawn
I saw you crying in the morning light
Lying where the falcons fly
They twist and turn all in you e’er blue sky

Living on your western shore
Saw summer sunsets, asked for more
I stood by your Atlantic sea
And l sang a song for Ireland

No les voy a traducir el mitiquísimo Song for Ireland, pero creo que sabrán identificar ciertos versos. “Bebiendo todo el día, en viejos pubs donde a los violinistas les gusta tocar (…) hablando todo el día, con verdaderos amigos (…) contar chistes y noticias (…) puestas de sol de verano (…) quedarme en el mar Atlántico…”.

La primera versión que recuerdo de esta maravilla acústica salió de las almas del grupo que formaban The Dubliners. Nombre que tomaron de la novela de Joyce, estos dublineses cantan a su isla verde con pasión y mucha emoción desde hace casi ya 50 años. Casi nada.

Por eso, la elección del Papote fue excelente. Dubliners, ese pub unido a Madrid por la calle Espoz y Mina, a pocos metros de Sol y con un hermano gemelo pegado (O’Connell St.) fue el elegido para un número tan redondo como el 20.

Las primeras impresiones no pueden ser más positivas. Es muy grande, con diferentes ambientes y una irlandidad extraordinaria. Necesidades innegociables bien expuestas: varias pantallas con fútbol (y otros deportes), una gama de cervezas incluida obviamente la Guinness (bastante bien servida, trébol incluido), típicas mesas (de acuerdo con el comentario que leímos sobre el pub: le falta cierta solera) de madera y decoración apropiada.

Siempre me han gustado ese tipo de recovecos en los que si vas con una chica o con tu pareja gayer te puedes medio aislar con tu cerveza y sentirte un poco apartado de la turbamulta. Este pub tenía varios de esos puntos. Nuevamente positivo.

En contra: uno muy evidente. No puede ser que en un pub en el que indefectiblemente va gente joven (preferentemente masculina) te atiendan, por regla general, dos maromos sacados de los barrios bajos de Odesa. Cabeza rapada, camiseta negra. Joder, parece que cada vez que se dirigen a ti en un español infame te van a partir las piernas. Y muy feo el gesto de poner la cuenta en la primera ronda y esperar, con mirada inquisitorial, a que los clientes saquen sus carteras y paguen. Esto es un irlandés, señores. 0 absoluto en este aspecto. En fin, miren la foto. Parece que va a matar al Míkel.

Digamos que la música internacional, el ambiente excepcional que se respira en este garito, tan próximo a la Puerta del Sol ayuda a que uno olvide este tipo de hechos. Simple curiosidad: como en todos los pub, ahí que estaban las típicas cestitas con sus “tapas” correspondientes. En este caso, hemos de advertir que nos pusieron mierda. Basura. Broza. Un sucedáneo de patata frita rancia que otros decían que era plátano frito. Asqueroso. Aún así hicimos caso al refranero castizo: “A caballo regalado…”.

Conversaciones más que agradables y recurrentes, como no podía ser de otra forma, partido de liga en la tele y un par de rondas (además de sandwiches para varios de los cerdos). Y claro está. Don Miguel y su periódico.

Por tanto podríamos y deberíamos loar ciertas facetas de este pub, especialmente ambiente e irlandidad. Pero tiene otros puntos negativos evidentes: trato y modos deficientes sobre todo.

En plena Semana Santa habrá una diáspora importante de los bebedores habituales, pero seguro que allá donde vaya cada uno de los miembros, no descartará la opción de tomarse una buena pinta en el pub irlandés de turno.

5 abril, 2010 Posted by | Irlanda en Madrid | , , , , , , , , , , | 10 comentarios